19 Jul 2019

La vida esta pareciendo por falta de misericordia

“Y si ustedes entendieran estas palabras: Quiero misericordia, no sacrificios, ustedes no condenarían a quienes están sin culpa” (Mt 12, 7)

Los fariseos estaban preocupados porque los discípulos de Jesús teniendo hambre comenzaron a coger espiga para comer y era día de sábado. Pero la preocupación de ellos no era con la hambre de los discípulos, la preocupación era con el sábado. La preocupación de ellos no era con la situación de la persona humana, pero era la preocupación de la ley por la ley.

No podemos hacer poco caso de la ley, ni de las leyes humanas, noi de las leyes divina que son sagradas para la existencia de las relaciones humanas y de nuestras propia relación con Dios.

Las leyes del Señor son sagradas, pero nada es más sagrada que la ley de la vida. La ley de la vida no es solo la vida mientras el derecho de nacer. No podemos impedir que la vida humana nazca. La unión del óvulo con el espermatozoide engendra una vida, y esta vida tiene que ser respetada, acogida y amada, solo que la vida desde el momento de su concepción hasta el atardecer de la vida, cuando un hermano nuestro esta en la cama, de un hospital, padeciendo y aún tiene vida.

La vida humana pereciendo por falta de amor, de cuidado y de misericordia

Es nuestra responsabilidad cuidar de la vida, es nuestra responsabilidad dar lo mejor para la vida. No importa si es viernes, sábado o domingo, no importa que día es, lo que importa es la vida.

Hagamos lo mejor de nosotros, demos lo mejor de nosotros por causa de la vida, porque si el Señor esta diciendo: “Yo quiero la misericordia y no el sacrificio”, es porque nosotros podemos hacer muchos sacrificios para agradar a Dios.

Cuando queremos, hacemos promesas, penitencias, cumplimos preceptos religiosos, y que podamos hacer eso, pero que todo eso esté a servicio de la vida. Si tenemos para rezar, si tenemos tiempo y podemos hacer penitencia, hagamos penitencia, hagamos nuestras oraciones, pero no descuidemos de la vida humana. No descuidemos de aquel que pasa hambre, de aquel que pasa necesidad y aflicción, porque la vida humana esta pereciendo por falta de amor, de cuidado y de misericordia.

Si el hermano muere de frio no es porque falto cobertor, pero es porque falto el calor humano para cuidar de él. Si el hermano padece de hambre, no es porque falta alimento en el mundo, pero falta misericordia, bondad y cuidado. Estamos preocupados con nuestros preceptos religiosos, estamos preocupados solo en cumplir nuestras obligaciones religiosas, quedamos en la devoción, pero no volvemos a cuidar unos de los otros.

Es nuestra misión cuidarnos de nuestros hermanos, es nuestra misión no restringir nuestra religión a las leyes y a los preceptos religiosos. “Voy a misa todo domingo. Rezo mi rosario. Hago mi adoración”. Pero, ¿cómo rezamos, como hacemos ayuno y no nos preocupamos con quien no tiene lo que comer ningún día de la vida?

La religión de Jesús es la religión de la vida en Dios que nos lleva a cuidar del otro sea lo que sea la necesidad que él pase.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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