17 May 2021

El coraje vence nuestros miedos

“Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).

El deseo del Señor es que tengamos la paz. Y tener la paz en medios a las tribulaciones, a los desafíos, a los problemas y a las situaciones de la vida es, en realidad, el gran desafío de la fe. El Señor no nos prometió que no tendríamos tribulaciones, el Señor no nos prometió que no tendríamos problemas o dificultad, por el contrario, toda la vida tiene sus desafíos a cada momento, pero en todos ellos podemos tener la paz.

¿Y como podemos tener la paz; la paz que viene de Dios, la paz de Él que permanece, que vive en nosotros y que necesitamos llevar unos a los otros? Todos los días busco, en la reflexión, por encima de todo, la paz; paz conmigo mismo, paz interior, paz de consciencia, paz de actitud. ¿Y como vamos tener paz en el mundo tan atribulado como nuestro? Teniendo coraje para seguir la vida y los desafíos a cada momento, coraje de lanzarse, de seguir y de asumir.

Que Dios nos dé el coraje evangélico y la fuerza que viene del Cielo, para sopórtanos los desafíos

El coraje, en la verdad, es aquello que se opone al miedo, con miedo no conseguimos nada. Con miedo somos derrotados, debilitados, no tenemos ni empeño en el combate. Por eso, el primer enemigo a ser vencido a cada día es el miedo.

No podemos tener miedo de vivir, miedo de los desafíos, no podemos tener miedo de lo que ocurre a nuestro lado, pero no es una falsa coraje o una coraje sin solidez, por el contrario, es una coraje sólida y autentica, una coraje que no viene de nosotros, no es simplemente una coraje humana porque necesitamos asumir nuestras debilidades; es el coraje que viene de la fuerza de Dios, es la coraje de dejarnos ser fortalecidos por el Señor.

Es fundamental tener los ojos fijos en Jesús, miramos para Él y no perdemos de Él nuestra mirada, nuestra dirección, dejar que en toda y cualquier situación Él este con nosotros, iluminándonos, nos incentivando, nos enseñando, nos formando, pero, por encima de todo, dando coraje.

Es en el Señor que somos fortalecidos, levantados y animados. Que Dios nos de el coraje evangélica, que Él nos de la fuerza que viene del Cielo, para sopórtanos los desafíos, las tribulaciones, todas las dificultades del tiempo presente. No vamos desanimar, por el contrario, pongámonos en Dios toda nuestra confianza; y vamos seguir porque Dios camina con nosotros, vamos seguir llenos de la gracia del Espíritu, abastecidos en Jesús, fortalecidos en Él, para vencernos las tribulaciones del día a día.

¡Dios te bendiga!

Pai das Misericórdias

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